TDAH en el aula, ¿Cómo detectarlo?

 In Apoyo Escolar, Pedagogía, Psicología

¿Cómo puedo detectar si en mi aula tengo un alumno/a con TDAH?

Esta pregunta es muy frecuente en el ámbito de la actividad docente, y sobre todo, en las primeras etapas de la educación primaria y secundaria. En este sentido, es importante que todos los profesionales de la educación sean conscientes de las principales manifestaciones clínicas del TDAH, y por ende, las repercusiones en el día a día de dichas manifestaciones.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es de base neurobiológico, condicionando así que los niños que lo padecen tengan muchas dificultades para aprender a controlar su conducta. Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes encontramos: hiperactividad, impulsividad y falta de atención. Pero, ¿qué señales prácticas se manifiestan en un aula para poder detectar un posible TDAH?

A continuación se exponen algunas señales que pueden alertar a los profesores de un posible caso de TDAH en clase.

  • Hablan sin pedir la palabra o interrumpen a menudo.
  • Responden antes de que se les termine de formular una pregunta.
  • En los primeros cursos escolares, infantil y primaria, suelen tener dificultad para solucionar conflictos entre iguales.
  • Les cuesta cumplir con las reglas de los juegos en clase o en el recreo.
  • Hacen los trabajos y/o las tareas de clase de forma descuidada, tienden a cometer muchos errores y ponen pocos detalles.
  • Necesitan gratificaciones de forma inmediata.
  • No hacen reflexiones de forma ordenada (discursos inconexos).
  • Constantemente tocan materiales de compañeros.
  • Suelen hacer movimientos bruscos e involuntarios (no para de moverse de la silla, juegan con pies y manos).
  • Posponen el hacer los deberes o estudiar, en general, aquellas actividades que les supone un gran esfuerzo.
  • Es más lento que los demás en copiar de la pizarra u otras tareas.
  • No apuntan sus deberes en la agenda o lo hacen de forma incorrecta.
  • No son capaces de atender una explicación oral más de media hora.
  • Suelen ser olvidadizos, se dejan muy a menudo tareas o materiales en casa.
  • Tienen dificultad para hacer tareas, si no es con supervisión, o sin interrupciones.
  • Tienden a relacionarse con compañeros más pequeños o mayores y no tanto con sus iguales.
  • Pueden tener problemas relacionados con la memoria de trabajo, evidenciándose en su baja comprensión lectora, dificultad para realizar copiados o redacciones, problemas de matemáticas, etc.
  • Baja tolerancia a la frustración, pueden llorar con facilidad por cosas sin importancia.
  • Cuando se meten con él reacciona o responde de forma excesiva.

Estos pueden ser algunos ejemplos de comportamientos en la clase que puedan alertarnos de un posible caso de TDAH. No obstante, hay que enfatizar que para diagnosticar a un niño de TDAH se debe tener en cuenta tanto el grado como la intensidad de dichas manifestaciones. Y también, que las repercusiones negativas de la conducta del niño deben verse reflejadas en distintos ámbitos (casa, colegio, parque, etc.). Pueden darse casos en los que el niño se comporte de forma impulsiva, tenga rabietas, no realice tareas escolares, y no respete turnos de palabra en su ámbito familiar, pero sin embargo en el colegio no lo haga, y viceversa. En estas circunstancias, no podemos decir que sea un caso de TDAH sino quizás un problema de pautas educativas incorrectas.

 

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