Mitos y creencias erróneas sobre el TDAH
El TDAH se ha convertido en tan solo unos años en el trastorno más estudiado y escrito. Afecta entorno al 3-7% de la población infantil y al 3.4% de la población adulta. De él se han dicho muchas cosas, pero ¿son todas ciertas? Hoy vamos a abordar los principales mitos y errores que se ciernen sobre el TDAH:
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El TDAH no existe. Los que trabajamos a diario con niños/as con TDAH no tenemos dudas en ver lo erroneo de esta afirmación. Desde el siglo XIX son varios los tratados psiquiatricos que recogen información sobre niños movidos e inatentos. Así, en 1798 Sir Alexander Crichton, padre de la psicopatología, nos habla sobre una «inquietud mental» muy similar a lo que hoy conocemos como TDAH de subtipo inatento. En 1902 George Still, pediatra británico, describe una condición que tiene como características niños impulsivos, hiperactivos, desafiantes e inatentos. Aún tratándose de un trastorno «moderno», esta presente desde siempre, a pesar de no ser etiquetado tan tempranamente como otras alteraciones médicas y psiquiátricas.
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El TDAH es culpa de los padres. Esta creencia esta relacionada con la idea de que el TDAH se debe a problemas educativos, ausencia de límites, etc. El TDAH es una dificultad con base cerebral, que implica un menor dominio de las áreas prefrontales, encargada de modular las funciones ejecutivas (atención, control de las respuestas emitidas, regulación emocional…). No se trata de niños mal educados, hablamos de niños con dificultades para regularse por motivos neurales. A pesar de ello, el trabajo con padres se hace esencial en el abordaje del TDAH, ya que les ayuda a comprender la naturaleza del trastorno y reducir sus niveles de ansiedad.
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El TDAH solo afecta en la edad infantil. Como hemos comentado al inicio del post, el 3.4% de la población adulta se ve afectada por TDAH, sin embargo, es frecuente la falta de un diagnostico. Alrededor del 50% de niños y adolescentes que padecen TDAH en la infancia lo mantendrán en su adultez. El convivir con el trastorno les dota de más herramientas eficaces con las que paliar sus problemas atencionales, impulsivos o hipercineticos, pero no quiere decir que ya no estén presentes.
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La medicación produce adicción en los menores. El Metilfenidato no produce ningún tipo de adicción, ya que a pesar de tener una composición similar a la anfetamina, sus dosis controladas y su administración oral no tienen ningún efecto que se le parezca. De la misma forma, al Atomoxetina tampoco produce adicción.
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El TDAH explica síntomas dispares y de todo tipo. No podemos olvidar que el TDAH presenta una alta comorbilidad con otros trastornos. En concreto el 89% de los pacientes diagnosticados de TDAH presenta un trastorno asociado. Esto hace que el proceso diagnóstico sea complejo y requiera realizar «diagnósticos» diferenciales.