Mi hijo/a no usa la agenda. ¿Qué puedo hacer?
La agenda es una excelente herramienta de organización y planificación personal. Proporciona al alumnado autonomía y responsabilidad. Es muy importante que desde pequeños fomentemos su uso. Aunque para nosotros, como adultos, nos pueda resultar inútil en edades tempranas, es muy importante que el menor adquiera este sencillo hábito.
Apuntar cada día en la agenda les da la oportunidad de tener una responsabilidad, ya que deben estar pendientes de apuntar cada día, del cuidado de la agenda y de su uso en casa. Así mismo, les ayuda a desarrollar su autonomía, no necesitan de la ayuda de un adulto para anotar ni para recordar qué deben hacer en casa. Conforme crecen, la agenda es una gran herramienta para comenzar a planificar.
¿Qué debe tener una agenda?
Al inicio de curso muchas familias nos preguntan cómo debe ser la agenda si más grande o más bien pequeña, con días o a semana vista. El tamaño en sí no es importante, pero si debemos tener en cuenta algunos aspectos:
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La resistencia, es decir, tapa dura y anillas fuertes.
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La semana vista es muy útil para quienes tienen pocos deberes y para quienes dificultad para planificarse, puesto que ver la semana en un solo vistazo ayuda a organizarse mejor. Dejaremos para los mayores las agendas con página por día.
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Hay dos apartados que no pueden faltar: un espacio espacial para poner todos los exámenes con su fecha y su correspondiente calificación; y unas hojas para apuntar el horario de clases.
Consejos para fomentar su uso en casa.
Crear el hábito de usar la agenda diariamente es un proceso lento que se debe trabajar día a día y sin desistir. No debemos preocuparnos si hay días que no se consigue, lo importante es fomentar y resaltar los días que sí se consiguen.
En las clases de apoyo educativo de nuestro gabinete tenemos dos rutinas. En primer lugar nada más llegar, lo primero que hacen nuestros estudiantes es colocar la agenda en la mesa para saber qué deben hacer y organizarse la tarde. Al finalizar el estudio y los deberes, preparan la agenda para el día siguiente; es decir, escriben las asignaturas que tienen para el próximo día. De esta manera, la agenda está lista para ser utilizada en clase.
Para fomentar su uso en clase utilizamos un juego que tiene como base la economía de fichas. Los objetivos debe cambiar con el tiempo. Al igual que tenemos que prestar atención a las distintas necesidades. Por ejemplo: el objetivo con un niño del primero ciclo de primaria será que adquiera el hábito de apuntar sus deberes, prepara la agenda para el día siguiente no es necesario y puede resultarle demasiado. Por el contrario, para un estudiante de secundaria trabajaremos duramente para que prepare su agenda y los deberes sean precisos.
Truco: para los estudiantes mayores, colorear o subrayar las asignaturas o lo deberes sin hacer puede ayudarles a organizarse mejor la tarde. Recordamos que hay que dar prioridad a lo más próximo y es recomendable comenzar por las asignaturas más pesadas o difíciles.