FLEXIBILIDAD COGNITIVA: QUÉ ES Y CÓMO TRABAJARLA DESDE CASA
La Flexibilidad Cognitiva se define como la capacidad que tiene el cerebro para adaptar nuestra conducta y pensamiento a situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas. Por ejemplo, nos permite pasar fácilmente de una tarea a otra, tolerar los cambios de planes y mirar una misma realidad desde diferentes perspectivas para así encontrar varias soluciones a un mismo problema.
Esta habilidad cognitiva, que forma parte de los procesos conocidos como Funciones Ejecutivas, se desarrolla desde la infancia. Así, por ejemplo, un día que teníais planeado ir al parque, pero al final se canceló por lluvia y vuestro hijo o hija se quedó tranquilamente jugando en casa, ahí estaba en marcha su flexibilidad cognitiva.
Sin embargo, hay algunos niños y niñas que son poco flexibles ante el cambio de rutinas, de planes, o que no toleran que aquello que esperaban finalmente no ocurra. Esta falta de flexibilidad, denominada rigidez cognitiva, se expresa en los niños y niñas a través de rabietas que tienen el objetivo de mantener la conducta o comportamiento esperado o anteriormente aprendido, aunque no sea el más apropiado para las demandas actuales.
¿Cómo podemos ayudar la familia a los peques (y no tan peques) de la casa, para entrenar la flexibilidad cognitiva?
En Gabinete Psicopedagógico IRIS conocemos y respaldamos la importancia del juego durante el desarrollo en la infancia. Además, para el entrenamiento de la flexibilidad cognitiva en concreto, existen numerosos juegos de mesa que fomentan no solo esta habilidad cognitiva, sino también otras funciones ejecutivas como la atención o la planificación, y valores tan importantes como la cooperación.
Por otra parte, los juegos de mesa son una alternativa de ocio a las nuevas tecnologías que ocupan, en la actualidad, la mayor parte del tiempo libre en niños/as y adolescentes. Así también, promovemos el denominado “momento dulce” que tanto recomendamos en sesión, a través del cual fomentamos una interacción positiva y sin reproches con los menores de la casa a la vez que los ayudamos a entrenar la flexibilidad cognitiva.
¿Por qué los juegos de mesa favorecen el desarrollo de la flexibilidad cognitiva?
- Ante cualquier juego de mesa nuestros hijos e hijas tendrán que adaptarse a normas externas que deben cumplir para alcanzar los distintos objetivos del juego.
- Hay juegos en los que la adaptación a los movimientos de los compañeros es esencial para alcanzar el objetivo final. Aunque la presencia de reglas es común a todos los juegos, hay un juego de mesa (nuestro juego estrella en el gabinete) llamado Dobble, que permite trabajar de forma lúdica la adaptación a cambios inesperados, ya que nuestros movimientos dependen de la carta que ha lanzado cualquier otro jugador/a.
- Juegos en los que haya cambios de normas, como por ejemplo el juego Jungle Speed. En este juego aparecen cartas que cambian la norma base del juego (en lugar de atender al símbolo de la carta, hay que fijarse en los colores).
- Juegos en los que se pueda conseguir el objetivo de diferentes maneras, ya que fomentan generar alternativas creativas ante un mismo estímulo. Juegos como Mindtrap (para los pequeños) en los que deberán resolver acertijos engañosos y Dixit o Mysterium (para los adolescentes y adultos) en los que crearán y escucharán los distintos significados que pueden existir ante un mismo dibujo abstracto.
- Juegos con los que establecer relaciones significativas y enriquecer su vocabulario para que acudan con mayor facilidad diferentes soluciones a su mente ante un único estímulo. Juegos donde primen la categorización como el Kaleidos, o la invención de historias como Rory’s Story Cubes (pequeños) o Sí, señor oscuro (adolescentes y adultos), son ideales para alcanzar este objetivo.
- Juegos que nos enseñen a perder. Esta característica también es común a todos los juegos. Es necesario que los niños aprendan que la esencia del juego no es ganar, sino el proceso de jugar en sí.
Si a todo esto le sumamos la diversión y la imaginación que acompaña a todos estos juegos, se convierten en los mejores aliados para conseguir flexibilizar esos pensamientos y comportamientos que se quedan “enganchados” y que dificultan la adaptación al medio de los pequeños, adolescentes y adultos de la casa.