Encopresis – ¡Mi hijo no controla la caca!
Controlar el esfinter anal ocurre de forma natural a lo largo del trascurso del desarrollo, pero ¿y si esto no sucede así? Es en ese momento donde el mundo del niño/a y su familia gira al rededor de la caca, siendo frecuente que la ansiedad haga acto de presencia.
Es, entre los 24 y 30 meses, cuando el cuerpo y la mente de nuestro hijo/a estará preparada para poder controlar de forma adecuada un habito de defecación, siendo capaz de controlar el momento y lugar en el que se producen las defecaciones. Se trata de un proceso que depende de factores de maduración internos y no de un entrenamiento paterno. A pesar de ello, el desarrollo es un proceso que tiene sus peculiaridades entre unos y otros niños/as, por ello, no es hasta los 48 meses cuando aparece la encopresis.
La encopresis es la expulsión de heces de consistencia normal o anormal, de forma repetitiva, involuntaria o voluntaria, en lugares no apropiados (incluida la ropa interior) y nunca como consecuencia de alteraciones somáticas.
Prevalencia y tipos
Hay niños/as que nunca han logrado control fecal más de un año (encopresis primaria) y otros que a pesar de haber existido un largo periodo de control, superior a un años, vuelven a no controlar (encopresis secundaria). Los casos más frecuentes son la encopresis secundaria y diurna. Nos podemos encontrar que esta es involuntaria o intencional, esta última muy ligada a tensiones familiares y otros aspectos socioemocionales. Hay niños/as que evitan el momento de la defecación, especialmente por no enfrentarse al dolor ante la presencia de fisuras anales o situaciones previas traumáticas (retentiva), y otros que presentan encopresis de tipo no rententiva. La encopresis de tipo retentiva ligada al estreñimiento crónico, representa el 80-95% de los casos.
En el 25% de los casos la encopresis concurre con otros síntomas de carácter más psicopatológicos, especialmente, retraimiento y comportamiento antisocial. Observamos como aumenta la prevalencia en casos de retraso mental, TEA y TDAH (especialmente ligado a una falta de atención de las propias señales internas). También esta asociado a la presencia de problemas de conducta como TND (negativismo-desafiante) y/o rabietas.
En niños de entre 10 – 11 años aparece en el 0,8% de los niños/as, siendo infrecuente su aparición en la adolescencia. Es más frecuente en niños que niñas (3-4 niños por cada niña).
Tratamiento
El 78% de los casos tienen evolución favorable con una adecuada intervención conductual. Si se realiza una adecuada intervención, el control de las heces se alcanza entre los 6 meses y 2 años de iniciar el programa de modificación de conducta:
- Siempre es necesario acudir en primera estancia al pediatra, él será el encargado de descartar patología orgánica y orientar sobre el uso de laxantes y/o enemas, en el caso de que así se precise.
- Tenemos que tranquilizar a nuestro hijo/a, hablaremos con calma sobre lo que ocurre y le explicaremos que eso también le sucede a otros niños de su edad, y no es nada malo.
- Hablaremos con ellos sobre como se produce la defecación, adaptando nuestro vocabulario a su edad.
- No debemos prestar atención al hecho de ensuciar la ropa interior.
- Nunca debemos regañarles por no controlar las heces, ni por manchar su bragita o calzoncillo.
- Nunca usaremos el castigo como forma de «disuadirles» en su falta de control.
- Iniciaremos una rutina diaria en la que el niño/a se sentará 10 minutos en el inodoro después de cada comida. Es frecuente que niños/as que sufren de estreñimiento crónico y fisuras anales rechacen esta idea, en estos casos sera importante contar con la ayuda de un profesional de la psicología infantil que asesorará a la familia sobre como realizar el proceso de forma adecuada.
Fuente: Protocolo de la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-juvenil.