Adolescencia: conflictos propios de la etapa evolutiva vs violencia filio-parental

 In Pedagogía, Psicología

La adolescencia es la etapa del desarrollo en la que los conflictos adquieren un papel principal. Comienzan a surgir conflictos por los horarios, por el uso del móvil o de las nuevas tecnologías, por las responsabilidades en casa o el rendimiento académico, entre otros muchos temas que seguro que como familia habréis vivido.
En ocasiones, la llegada de esta etapa es temida ya que se experimentan los conflictos como algo indeseado e incontrolable quizás por la asociación que a nivel social tenemos entre conflicto y violencia. Sin embargo, ya hemos visto que los conflictos son parte inherente de esta etapa evolutiva y que como ante cualquier conflicto, con las herramientas adecuadas, se convertirá en una experiencia de aprendizaje tanto para el adolescente como para la familia.


Entonces, si los conflictos son algo necesario y beneficioso para el adolescente y la evolución del sistema familiar, ¿Cuándo y por qué el conflicto familiar deriva en violencia de los hijos a los padres?


A continuación, os explicamos cuáles son las diferencias entre los conflictos propios de la adolescencia y la violencia filio-parental, así como los factores que predisponen a que los conflictos familiares se conviertan en un caso de violencia filio-parental. Os animamos a leer previamente el artículo “Violencia filio-parental: características e intervención” para que podáis conocer en que consiste este tipo de violencia si es la primera vez que escucháis hablar de ella. 


¿Cuál es la principal diferencia entre los conflictos familiares propios de la edad y la violencia filio-parental?


A nivel de contenido, no existen diferencias. Es decir, en ambos casos la base es el conflicto entre el adolescente y la familia que como ya se ha hecho referencia suele ser por la necesidad de tener una opinión diferente a la paterna, así como transgredir los límites impuestos. Sin embargo, si que existe una gran diferencia en cuanto a la intensidad y la frecuencia con la que surgen los conflictos, así como la finalidad de estos. Si bien los conflictos propios de la adolescencia surgen de forma esporádica y se resuelven mediante el diálogo, la negociación y el establecimiento de límites y consecuencias por parte de las figuras paternas, en la violencia filio-parental los conflictos aparecen varias veces por semanas, o incluso de forma diaria, utilizando de forma frecuente la violencia psicológica, económica y/o física. Además, en los casos de violencia filio-parental el conflicto ya no tiene una finalidad de aprendizaje o de probar sus propios límites, sino que los conflictos se utilizan como una herramienta de poder. Es decir, en estos casos son los hijos los que toman el poder y controlan a sus padres a través de la violencia que utilizan para conseguir lo que desean.


¿Qué factores predisponen a que los conflictos se conviertan en un arma para los hijos?


Aunque no hay una sola explicación para la violencia filio-parental se pueden describir dos factores que inciden en la aparición de este tipo de violencia: el temperamento de los hijos y las pautas educativas de los padres. Cuando hablamos de temperamento nos referimos al carácter, al conjunto de características psicológicas que tiene una persona y que, en parte, determinan su forma de comportarse, y decimos en parte, porque el temperamento se puede educar con unas adecuadas pautas de crianza. Si desde que los hijos e hijas son pequeños/ as los padres y madres no van moldeando sus comportamientos negativos, enseñándoles que a través de conductas desafiantes o violentas no conseguirán sus objetivos, el niño o niña crecerá y su temperamento difícil y conductas negativas crecerán también. Así llegarán a la adolescencia con un temperamento marcado por una baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, impulsividad y ausencia de empatía lo que hará que sus conductas negativas sean cada vez más exageradas y descontroladas, llegando incluso a la violencia de la que hablamos.


Sabemos que la adolescencia es una etapa complicada y que los padres y madres queréis atenderles de la mejor forma posible con el objetivo de que sean personas con unos valores adecuados. Por ello os animamos a que en el momento en el que identifiquéis este tipo de violencia contactéis con un profesional de la Psicología que os pueda acompañar y orientar sobre como reconducir esta situación.


Referencia: Andrés, J.; Gallego, I.; Guerrero, C. y Ridaura, M.J. (2017). Violencia filio-parental:
una realidad invisible.
Fundación Amigó
Palabras clave: adolescencia, conflicto, violencia, hijos, padres

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