Signos de sospecha de un Trastorno de la Conducta Alimentaria (ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA)
Desde el nacimiento, la alimentación es una necesidad básica para el desarrollo humano. Sin embargo, a lo largo del crecimiento de los más pequeños/as y posteriores adolescentes, en ocasiones aparecen problemas relacionados con la ingesta de comida (comen poco o muy despacio, evitan ciertos alimentos…). Cuando estas conductas problemáticas suelen ir asociadas al fracaso a cumplir las necesidades nutritivas y/o energéticas esperadas para su edad, aparecen los trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Tipos y prevalencia
Los TCA engloban todos aquellos problemas de alimentación que aparecen exclusivamente durante la infancia (Pica, Rumiación y Trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos), así como aquellos que pueden desarrollarse también durante la adolescencia y adultez (Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastorno por Atracón), siendo la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa los de mayor impacto en la actualidad.
A grandes rasgos, la Anorexia Nerviosa (AN) se caracteriza por un deseo irrefrenable de estar delgada, acompañada de la práctica voluntaria de técnicas para conseguirlo: dieta restrictiva, ejercicio físico o conductas purgativas; mientras que la Bulimia Nerviosa (BN) está caracterizada por la ingesta voraz e incontrolada (conocidos como atracones) compensada a través de conductas purgativas (predominantemente vómitos autoinducidos) o hiperactividad física. En ambos trastornos, las personas presentan una preocupación obsesiva por el peso y la imagen corporal.
La AN y BN suele iniciarse durante la adolescencia, aunque cada vez se observan comienzos más precoces (etapa infantil), sobre todo en AN. Estos TCA afectan sobre todo a la población femenina, siendo de 10 a 20 veces más frecuentes en mujeres que en hombres.
Algo muy característico en las personas con estos tipos de TCA es la ausencia de conciencia de enfermedad y del riesgo de su conducta, por lo que es de imperiosa necesidad para la detección precoz y la búsqueda de ayuda profesional, el conocimiento de los signos de alarma de estos trastornos por parte de su entorno más cercano.
¿Cómo podemos detectar conductas problemáticas relacionadas con la alimentación?
A continuación, os ofrecemos una serie de signos emocionales y conductuales que podrían indicar la presencia de Anorexia Nerviosa (AN) o Bulimia (BN):
- Cambios en la conducta alimentaria
- Aversión hacia ciertos alimentos (sobre todo aquellos con elevado valor energético)
- Disminución (AN) o aumento (BN) en la velocidad de ingesta de alimentos
- Aumento de la preocupación y atención en la alimentación
- Mayor interés en la comida sana y en los modelos de alimentación saludables
- Mayor interés y atención sobre el valor energético de los alimentos
- Desarrollo de ideas erróneas sobre alimentación (procedentes de información obtenida sobre todo en redes sociales)
- Interés por la cocina y búsqueda de recetas (para controlar el consumo de alimentos de bajo valor energético)
- Comentarios y consejos dietéticos a su entorno próximo (familia, amigas…)
- Cambios en el estado de ánimo
- Para AN, aparición de un estado de ánimo eufórico (alegría y felicidad de gran intensidad y aparición brusca) por la pérdida de peso, seguida de irritabilidad, tristeza y pérdida de interés por las actividades que antes disfrutaba
- Enfado y agresividad ante las referencias familiares o del entorno social sobre su peso, su alimentación o sus cambios físicos
- Cambios en la imagen corporal
- Aumento de los comentarios sobre su propia imagen y comparación con los demás
- Aparición de conductas de comprobación del tamaño y forma corporal (medir, probarse ropa antigua…)
- Cambios en la dinámica familiar
- Conflictos familiares (en torno a la comida)
- Cambios en la organización familiar: la adolescente adquiere un rol principal o dominante en la familia, adoptando funciones asociadas al rol paterno.
- Cambios sociales
- Evitación de las reuniones sociales con su grupo de iguales, sobre todo aquellas en las que hay comida.
- Cambios en la actividad física
- Ejercicio físico excesivo e incluso compulsivo, utilizándolo como método para reducir la ansiedad que les provoca tener alimentos en su organismo.
- Ejercicio físico a escondidas (sentadillas, abdominales…)
- Movimientos corporales estáticos (comer rectas, comer de pie…)(.
- Problemas gastrointestinales, estreñimiento y control excesivo de las excreciones.